Tortilla vegetal de coliflor (o por qué no, torti-coli…)

La coliflor es una hortaliza de un valor energético bajo, ideal si estamos haciendo algún tipo de dieta ya que el componente mayoritario de la coliflor es el agua, y su contenido en hidratos de carbono es escaso pero muy alto en fibra aunque bajo en proteínas, y  su contenido en grasa es casi inapreciable. Tiene minerales (potasio, hierro, magnesio, calcio, fosforo), vitaminas (vitamina C). Como veréis es la verdura ideal para toda la familia, grandes y pequeños.

Y después de esta incursión en la botánica ¿no os animáis a hacer una receta original de coliflor? Preguntes a quien preguntes solo te dicen que han comido o saben hacer la coliflor de tres o cuatro maneras: con aceite, rehogada, con bechamel, gratinada… Pero hay muchas más recetas que podemos hacer para disfrutar de esta hortaliza que, aunque es típica de invierno, la podemos comer todo el año, bien fresca o bien congelada.

Y aquí os traigo una receta para comer la coliflor de una manera original y que, os puedo asegurar, que le va a gustar a toda la familia y en especial a los niños.

Un consejo para que salga perfecta: escurrir muy bien la coliflor, con el fin de que no suelte agua a la hora de cuajarla.

Y si quereis darle otro toque, podeis añadir unos trocitos de queso, o unos taquitos de jamón o de beicon.

Por supuesto, la coliflor puede ser tanto fresca como congelada.

Y un último truco para evitar la aparición del olor característico que desprende la coliflor durante su cocinado, hay que cocerla en abundante agua y añadir al agua de cocción  un chorro de leche. Así conseguirás atenuar la intensidad de su fuerte aroma.

Ingredientes

• 1 coliflor de 1 kg. y medio aproximadamente (o su equivalente en coliflor congelada)
• 1 cebolla grande
• 4 huevos
• Sal
• aceite
• perejil

Pasos