Pisto Manchego en la CrockPot

Esta es una de esas recetas, como muchas de las que tenemos en nuestra cocina, de la que todo el mundo tiene su receta y resulta que esa receta, la de su familia, es la mejor.

A mí siempre me vienen a la memoria esas tardes de verano, en un pueblo en el corazón de La Mancha, donde un pisto hecho por mi suegra a fuego lento (lo ponía a cocinar después de la comida y de recoger la cocina y se terminaba de hacer cerca de las 8 de la noche, para la cena) y el olor que impregnaba toda la casa.

Indagando sobre la historia del pisto, os puedo decir que remontándome a los primeros libros de cocina en los que aparece este plato, los ingredientes solo eran dos: pimiento y tomate. Y una cosa curiosa es que, en su origen (y todavía lo siguen haciendo asi en muchos pueblos manchegos), en el aceite, por supuesto de oliva virgen, que se echaba en la sartén, primero se freían unas tajadas de lomo de cerdo y una vez fritas se retiraban y en ese aceite, se freía el pimiento, que ya se habría picado en dados pequeños… muy lentamente sin prisa (en las recetas hablan de entre una y media y dos horas) Pasado ese tiempo, los tomates, maduros, quitados la piel y cortados en trozos, se agregaban a los pimientos. Se dejaba de nuevo cocinar, lentamente, durante otras dos horas mínimo. Este tomate natural suelta mucha agua, pero en la cocción se terminaba evaporando.

¿Se diferencia mucho la receta antigua con la que hacemos actualmente en la CrockPot? En nada a la hora de la cocción. Cuatro horas con este pisto en la olla de cocción lenta y sale igual que el de nuestras abuelas. Este guiso necesita un chup-chup lento y reposado que solo lo da este tipo de ollas.

Esta es otra de las recetas que creo que no volveré a cocinar de otra manera que no sea en este tipo de ollas. La textura de las verduras y el sabor del conjunto es una delicia.

Luego, en el transcurrir de los tiempos, como ha ocurrido con muchísimas recetas de nuestra gastronomía, se han ido añadiendo ingredientes que lo han agrandado en sabor y en popularidad.

El tomate que yo he utilizado en esta receta ha sido de conserva, natural troceado, pero por supuesto podéis utilizar tomate fresco. En ese caso, como os he dicho más arriba, lo tenéis que trocear del mismo tamaño del resto de las verduras.

Y para evitar la acidez del tomate frito, en vez de la cucharita de azúcar, yo utilizo una cucharadita de miel. Eso a vuestro gusto.

Yo he puesto las verduras, directamente, en la CrockPot, pero si queréis podéis pocharlas unos minutos en una sartén antes de introducirlas en la olla.

Si veis que al finalizar el tiempo programado el pisto tiene mucha agua para vuestro gusto, podéis darle el toque final retirando la tapa de la olla y dejándolo cocer otra media hora más, subiendo la potencia.

Si no estáis en casa simplemente puedes programar el tiempo (4-5 horas según la cantidad y potencia de vuestra CrockPot) y en el momento de calentarlo hacerlo sin tapa y en potencia alta para evaporar si ha quedado algo de agua por la cocción con tapa.

Ingredientes

• 2 pimientos verdes
• 1 pimiento rojo.
• 1 berenjena mediana
• 2 botes de tomate natural troceado
• 1 calabacín grande
• Aceite de oliva virgen
• Sal
• 1 cucharadita de miel (o en su defecto de azúcar)

Pasos